Recados póstumos, 2006, detail of polyptych composed of 5 c-prints, 40.5 x 51 cm each
Recados póstumos, 2006, detail of polyptych composed of 5 c-prints, 40.5 x 51 cm each

Teresa Margolles, Recados póstumos, 2006

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En la morgue se mide sin filtro la verdadera vida de una ciudad, como lo ha constatado Teresa Margolles en diversos países de Latinoamérica y Europa. A partir de una residencia en el Instituto Cabañas de Guadalajara, Margolles desarrolla en 2007 la obra “Recados Póstumos”, producto de la comprobación que realiza en la morgue local: más de 400 suicidios en un año de niños, adultos y ancianos en la ciudad, célebre en México por su conservadurismo católico.

Demarcándose de sus obras anteriores en las que los sujetos o las reflexiones en torno a la brutalidad de la realidad –en aquel entonces característicamente fronteriza, hoy convertida en cotidianidad nacional– se expresaban con violencia explícita, Margolles crea una obra en que la presencia humana se desplaza a la palabra, más precisamente, a las últimas palabras de los suicidas, amplificadas y transformadas en marquesinas de cines en estado de abandono.

“Hoy todos son espectadores, pero testigos tan solo lo son unos pocos”, escribía Eyal Weizman en un ensayo publicado con motivo de la exposición “El testigo” de Teresa Margolles en 2014. Si bien el potente cuerpo de trabajo en torno a la arquitectura como testigo que Margolles emprendería después todavía estaba por desarrollarse (la paradigmática “Esta finca no será demolida” data de 2009-2013), “Recados Póstumos” anuncia ya el interés de la artista hacia el valor testimonial de la arquitectura que, parafraseando a Weizman, funciona no solo como escenario, sino como agente de una guerra, estructurando y organizando la vida y la muerte al rededor de la ciudad.

De vuelta en Guadalajara, la fuerza de las fotografías nos desarma hasta el silencio. Un intenso cielo azul contrasta con la esquina amarillenta del decrépito cine Tonallan. En su marquesina, tal vez el más duro de todos los mensajes que constituyen la obra de cinco fotografías: No me extrañen ni me lloren hagan de cuenta que me fui de viaje y volveré. 14 años.

It is in the morgue that one can really measure the life of a city, as Teresa Margolles has confirmed in various countries in Latin America and Europe. Starting from a residence at the Cabañas Institute of Guadalajara in 2007, Margolles developed the work “Recados Póstumos”, a product of her research carried out in the local morgue: in a single year, the city known for its Catholic conservatism reported more than 400 suicides of children, adults and the elderly.

Demarcating herself from previous works in which subjects or reflections on the brutality of reality –at that time characteristically linked to border towns, but now turned into national commonplace– expressed with explicit violence, Margolles created a work in which the human presence is displaces the its word, or more precisely, to the last words of the suicides, amplified and exposed in the canopy of abandoned cinemas.

"Today everyone is a spectator, but only a few are witnesses", wrote Eyal Weizman in an essay published for the exhibition "The Witness" by Teresa Margolles in 2014. Although the powerful body of work around architecture as witness that Margolles would undertake later was still to be developed (the paradigmatic “Esta finca no será demolida“ dates to 2009-2013), "Recados Póstumos" already announces the artist's interest in the testimonial value of architecture that, paraphrasing Weizman, works not only as a stage, but as an agent of a war, structuring and organizing life and death around the city.

Back in Guadalajara, an intense blue sky contrasts with the yellowish corner of the decrepit Tonallan cinema. In its canopy, perhaps the hardest of all the messages that make up the work composed of five photographs: Do not miss me or cry for me, pretend that I went on a trip and will return. 14 years.

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“I am interested in the body as a social entity and the morgue is the thermometer of a society… In Culiacán, Sinaloa, the bodies talk about what happens in the streets. They are executed by the narco. The ways of death determine what happens in a city… What happens in Guadalajara is scandalous. There are suicides by men, women, children, the elder, and those deaths represent a strong social pattern in a very Catholic community.” Teresa Margolles