Solar, 2017 Bricks 275 cm (largest) diameter
Solar, 2017 Bricks 275 cm (largest) diameter

Héctor Zamora, Solar, 2017

For English, scroll down

Lo que comenzó con un recuerdo de infancia en que el artista se ve contemplando las sombras danzantes de una celosía sobre las sábanas que se secan con la brisa, ha visto a Hector Zamora convertir la unidad básica de este elemento arquitectónico -el tabique- en muros ondulantes, torres móviles o paradójicamente inmóviles -aun cuando tienen ruedas- y desde 2013 en mensajes codificados en que los tabiques revelan sus posibilidades semánticas.

Elemento de vivienda tradicional de diversos países tropicales, la celosía cobra popularidad internacional durante los años 50, en los que su utilización se generaliza en proyectos de vivienda social, de México a Marsella o la India, en donde Le Corbusier aplica la celosía de tabique y concreto (brise-soleil), bajo la influencia de las futuras luminarias del modernismo brasileño, quienes lo habían aplicado desde los años 20.

“Solar” está compuesta por elementos simples: tres tipos de tabiques intervenidos, montados en un muro para formar tres círculos concéntricos de hasta 275 cm de diámetro. La obra apela a la vez al interés del artista por la arquitectura como tótem del progreso moderno –que se apropia de los saberes populares pero escondiendo sus orígenes y la labor humana que los genera– como a la interpretación del tabique, elemento básico de construcción, como unidad de un lenguaje codificado, casi prehispánico, al que podemos acceder solo en términos simbólicos.

A la vez astro, punto, túnel, cúpula, laberinto y jaula, “Solar” es el mundo tridimensional desmembrado, convertido en un mensaje atemporal que nos transporta lo mismo al cosmos que a la zotehuela* en que Zamora vio por primera vez bailar a las sombras.

*patio trasero rodeado por celosías en que se pone la ropa a secar, típico de la vivienda social en México

What started with a childhood memory in which the artist sees the dancing shadows of his home’s latticework on the white sheets that are driyng in the breeze, has seen Hector Zamora turn the basic unit of this architectural element -the brick- into undulating walls, mobile or paradoxically immobile towers -even when they have wheels- and since 2013 into coded messages in which the bricks reveal their semantic possibilities.

An element of traditional housing in various tropical countries, latticework gained international popularity during the 1950s, when its use became widespread in social housing projects, from Mexico to France or India, where Le Corbusier applied the latticework in bricks or concrete (as brise-soleil), under the influence of the future luminaries of Brazilian modernism, who had applied it since the 1920s.

“Solar” is made up of simple elements: three types of intervened bricks, mounted on a wall to form three concentric circles of up to 275 cm in diameter. The work appeals at the same time to the artist's interest in architecture as a totem of modern progress –which appropriates popular knowledge while hiding its origins and the human labor behind it– as well as the interpretation of the brick as a unit in a coded, almost pre-Hispanic language, which we can access only in symbolic terms.

Simultaneously a star, a point, a tunnel, a dome, a labyrinth and a cage, "Solar" is a representation of a dismantled three-dimensional world turned into a timeless message that transports us the same to the cosmos than to the zotehuela* where Zamora first saw geometric shadows dancing on floating sheets.

*a backyard surrounded by lattices in which clothes are hung to dry, typical of social housing in Mexico